2014/01/05

Dura crítica contra "Los Tres" en el diario "El País" de España por su polémico video


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Esconderse detrás de una canción para hacer una apología del femicidio es fácil, decir que es producto de la creatividad cuando es una realidad que ocurre a diario en cualquier rincón del mundo demuestra simplicidad, pobreza y falta de imaginación, y afirmar que "sólo una mente enferma y desviada podría considerar su canción "Hey, hey hey" una apología del femicidio y la violencia contra las mujeres", como han hecho en Twitter, es volver a situar el problema en quienes intentan combatirlo y no en quienes lo generan.

La historia inclinada de la humanidad se ha elevado sobre el poder de los hombres y la sumisión de las mujeres. Las mujeres deben estar a lo que los hombres decidan, y deben hacerlo en sociedad, según todas las normas, pautas, estereotipos creados sobre la identidad de mujeres y hombres, y deben hacerlo también en la familia y en las relaciones de pareja, pues son ellos los que interpretan los designios de la cultura en cada caso particular y los que los aplican a sus espacios.

Todo lo que no coincida con la voluntad de un hombre se interpreta como un ataque de la mujer. Cuando un hombre deja a una mujer no la “traiciona”, es que o es muy macho y necesita "algo más" o se le “acabó el amor”, pero cuando una mujer adopta una decisión de ese tipo desde su libertad es interpretada como una traición y el hombre queda como víctima. Además, la cosa no queda ahí como una situación particular, sino que se toma como ejemplo de la perversidad de las mujeres, un mito que se arrastra desde la “Eva del Paraíso” y desde Pandora y su caja tronadora.

Es lo que viene a decir la canción “Hey, hey, hey” después de ese “exceso de creatividad” de “Los Tres”: “Traemé la escopeta porque le voy a disparar / al amor de mi vida que me acaba de traicionar”… Y se quedan tan tranquilos “Los Tres”, cada uno al lado del otro, cuando en muchas crónicas de cualquier periódico local se puede encontrar un relato similar. HEY-2

Como Médico Forense recuerdo la manifestación de muchos victimarios que me decían, “yo le he pegado a mi mujer, pero es que mi mujer se empeña en llevarme la contraria”… Y “llevarle la contraria” era simplemente no coincidir con él en la opinión. Así lo entienden quienes piensan que las mujeres no pueden tener iniciativa ni opinión propia, menos aún voz, y que su obligación es “hablar en playback” lo que diga el marido o pareja.

El grupo chileno “Los Tres” ha hecho grandes aportaciones a la música y es algo que debemos agradecerle a sus componentes, pero esa posición que han alcanzado debe ser un motivo de mayor responsabilidad ante sus numerosos seguidores y seguidoras, no una licencia para hacer cualquier cosa y, menos aún, para reforzar los valores machistas que aún impregnan nuestra sociedad. Son precisamente esos valores androcéntricos los que están asesinando y violando a miles de mujeres en Latinoamérica, y los que están reforzando a los hombres que actúan de ese modo o justifican esos crímenes diciendo de las mujeres asesinadas aquello de, “algo habrían hecho”.

¿Es a esos valores y a esas ideas a los que quieren cantarle “Los Tres”?, ¿cómo creen que se sentirán sus seguidoras y muchos de sus seguidores cuando oigan la canción?. ¿Creen que una mujer puede escucharla tranquilamente?, ¿piensan que un hombre responsable puede cantar mientras se ducha o se afeita eso de, “La tierra está mojada con lágrimas que corren por mi ser / el pavimento rojo con la sangre que voy a hacer correr. / Le dije mil veces que no me abandonara / y ahora su destino lo decido yo”? Sinceramente, yo creo que no.

“Los Tres” han cometido tres errores:

1. Han caído en la trampa de la normalidad, del “no pasa nada”, del “tan sólo es una canción”… pues esa normalidad es la misma que lleva presente siglos y siglos en los que la desigualdad y la violencia contra las mujeres ha sido habitual y justificada.

2. Han creído que no tiene trascendencia alguna hacer una especie de apología del femicidio, cuando no se habrían atrevido a hacer una canción que justificara y mostrara en un video cómo matar a una persona indígena, de otra raza, de otro origen… Y no lo harían porque banalizar los asesinatos por racismo, xenofobia, creencias religiosas… les parecería algo grave e injustificable. Sin embargo, no han tenido esas sensaciones de gravedad para cantarle al femicidio.

3. Han pensado, o han querido pensar, que de esta forma se sensibiliza contra esta violencia femicida, y no es así. Si quieren hacerlo que canten una canción en la que el agresor sea presentado como una persona cruel, egoísta, despiadada y asesina, y que es así porque decide serlo, no por problemas con el alcohol, las drogas o los celos. Lo que ellos han hecho ha sido presentar al victimario como un “pobre hombre víctima de la traición de una mala mujer”, y de ese modo no sensibilizan a nadie.

La influencia de la música de “Los Tres” es amplia y directa, confío en que rectifiquen y que le canten a la Paz, a la Justicia, a la Dignidad, a la Libertad… y también a la Igualdad, y que condenen la violencia contra las mujeres y los femicidios y violaciones que se producen en su nombre. Y la mejor forma de hacerlo podría ser empezar por su propia canción…

Sería bueno para una región con tanta violencia y bueno para un mundo que mira con respeto y gran interés lo que hacen las Organizaciones de Mujeres y el feminismo en Chile y en toda América Latina para superar la desigualdad y su violencia basada en las razones de género.


Sobre el Autor
Miguel Lorente AcostaEs Médico Forense, también Profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, Especialista en Medicina Legal y Forense, y Máster en Bioética y Derecho Médico. Ha trabajado en el análisis del ADN en identificación humana, el análisis forense de la Sábana Santa, y en el estudio de la violencia, de manera muy especial de la violencia de género, circunstancia que llevó a que me nombraran Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad. 


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