La
adolescencia es sinónimo de experimentación. En parte, porque es la etapa en la
que los jóvenes se sienten adultos sin aún serlo, y esto les abre la puerta a
muchas cosas que no podían hacer antes por ser niños. Y en parte, porque la
adolescencia es una especie de grito de independencia de los padres.
Pero también,
es precisamente durante estos años, que la presión por usar drogas y alcohol
está en su máximo nivel. Las fiestas, los amigos, todos son factores que
influyen. En la lista se encuentran: la marihuana, la cocaína, el éxtasis, las
bebidas alcohólicas y los medicamentos recetados o de venta libre. Pero más
allá de su uso y abuso, el problema es que muchos adolescentes no se dan cuenta
de que esto puede traerles graves consecuencias para su salud y su bienestar,
pues estas sustancias generan dependencia.
¿Cuál
es el papel de los padres?
Identificar el problema y, para ello, estar atentos a las siguientes señales de
alerta:
Si descubres rastros de
que bebe o usa drogas en su cuarto
Si te das cuenta de que
algunos de los medicamentos de venta libre que hay en casa están desapareciendo
Si tu hijo/a pide más
dinero del necesario, miente o roba dinero de tu billetera
Si se aísla y no
comparte con la familia
Si pierde interés en las
actividades que antes le parecían interesantes
Si te das cuenta de que
su rendimiento académico en la escuela ya no es el mismo
Si anda con amigos en
los que tú no confías
No teman en
hacerle preguntas al respecto. Aunque los adolescentes tienden a ser cerrados
con sus padres, mucho más si tienen un problema de abuso de drogas o alcohol,
no hay que rendirse. Busquen un momento no para discutir, sino un momento de
tranquilidad, para explícale que les preocupa su comportamiento y que abusar de
las sustancias de este tipo tiene consecuencias muy graves que terminarán
aislándolo de sus amigos y de su familia.
Explíquenle que
la dependencia significa que necesitará estar bajo los efectos de la droga o el
alcohol si desea divertirse y que para salir de cualquiera de estas adicciones,
la tarea no es fácil. Motívenlo a que comparta con ustedes las razones por las
cuales usa las drogas y el alcohol. Tal vez se deba a la excesiva presión que
ejercen sobre él o ella, o algún problema de carácter emocional.
Pongan
límites
No le den dinero sin
saber exactamente para que lo desea
Escondan los
medicamentos que le pudiesen servir de alucinógeno (Noscapina, por ejemplo)
Revisen con frecuencia su habitación (aunque esto te
cueste una discusión), pues aunque es invadir su privacidad es necesario si es
por su salud y bienestar.
El encontrar
la causa es la herramienta principal para buscar ayuda.
También
es importante
Que se
informen sobre las consecuencias del abuso de drogas y alcohol para poder
compartir esto con vuestro hijo/a y, además, buscar la ayuda adecuada (ya sea para
la desintoxicación o para la rehabilitación). La ayuda de un profesional
(psicólogo y/o psiquiatra) puede ser valiosa, incluso, para evitar que llegue a
ese punto.
Es importante
tener presente que el apoyo familiar en pro de su rehabilitación, es
fundamental durante el proceso. Superar el problema de alcohol y drogas durante
la adolescencia puede ser un reto muy importante para vuestro hijo/a, por eso,
el amor y la comprensión son ingredientes esenciales cuando se trata de ayudar
a un adolescente.