No obstante, "la correlación es moderada y aunque el
hallazgo es interesante no debe
preocupar a los padres si sus hijos dibujan mal. La habilidad para el
dibujo no determina la inteligencia, ya que hay muchos otros factores
-genéticos y medioambientales- que afectan a la inteligencia a lo largo del
tiempo", explica Rosalin Arden,
autora del estudio que publica Psychological Science.
El estudio también concluye que entre los dibujos a los
cuatro años y la inteligencia a los 14 existe una relación genética, ya que los
dibujos de gemelos son más parecidos que los de los mellizos y, por eso,
señalan la importante relación de los genes.
No obstante, la habilidad de un niño para dibujar viene
también determinada por la capacidad de observación, para sostener un lápiz,
etc. “Estamos muy lejos de entender cómo los genes influyen en todo este tipo
de comportamientos”, señala la autora.
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