Tras dos años de investigación e intenso trabajo de la policía y la Fiscalía Sur, se determinó que la culpable de la muerte del pequeño Esteban y las graves lesiones de Pablo, era su madre, Jeannette Hernández, quien a martillazos marcó el destino de su familia el 17 de enero de 2008.
Tras la lectura de la sentencia, el padre de los menores, Pablo Rojo, lleno de dolor dijo que así como falleció su hijo, también falleció su señora; por lo que quiere dar vuelta la página y continuar con su vida. Por su parte la mujer, al abandonar la sala del Tribunal Oral en lo penal de Puente Alto, reiteró a viva voz su inocencia y aseguró que la fiscalía se había equivocado.
De esta forma concluyó uno de los casos más escalofriantes de los cuales se tenga conocimiento y, también, uno de los que tejió, durante el proceso penal, teorías explicativas del proceder de Jeannette Hernández, tan raras y desconocidas como las asociadas al llamado Síndrome de Medea. Nombre que se desprende de un relato de la mitología griega que habla de una sacerdotisa llamada Medea, que, tras ser abandonada por Jasón(su pareja)por otra mujer, acabó con la vida de sus hijos en venganza.
La referencia permanente que hiciesen los entendidos al referirse al caso Rojo Hernández, fue del tenor de lo expresado por el psicólogo clínico y psicoanalista de la Universidad Central, Alex Droppelmann, quien aseguró a través de un medio de comunicación, que una mujer resentida con el marido que adquiere tal grado de odio que puede tener la idea de matar a sus hijos, pero no a la persona a la que amó, con el afán de vengarse de él y que así éste sufra tanto como ella es la conducta que justificaría los celos enfermizos que llevaron a Jeannette Hernández a dar muerte a sus hijos. Si bien este síndrome no es una enfermedad catalogada psicológicamente, para Droppelmann es una hipótesis que sirve para explicar, si este fuese el caso, que ella sufre una celopatía y que hizo un poco lo que hizo Medea pero en base a una estructura psicótica. Como ella tiene celos quiere dañar al objeto que la ha traicionado, pero como lo celos tienen que mantener el objeto vivo para que la ame desplaza el daño a lo que él más quiere, en este caso a sus hijos”.
Por su parte, el doctor en psicología y perito judicial Giorgio Agostini, señalaba que Hernández podría haber tenido una serie de motivaciones para cometer el horrendo crimen, no obstante una determinación tan trágica sólo se puede dar por una alteración del juicio de la realidad. “Los antecedentes que nosotros manejamos como peritos judiciales es que otras veces mamás desesperadas, muy desesperadas por lo económico por ejemplo, donde no ven ningún futuro, matan a sus hijos y se matan a si mismas, aquí no, aquí hay una perturbación mental donde en determinado momento debe haber tenido algún delirio, alguna idea delirante, y que la llevo a tener la necesidad de matar a los niños, puede ser que haya tenido alucinaciones. Obviamente que no en todas las personas con esquizofrenia o con esquizofrenia paranoica se da una cosa así, porque aquí hay una alteración muy importante del vínculo de una madre con sus hijos, inclusive, en los cuadros sicóticos mas severos llegar a matar a sus propios hijos no es tan fácil, de hecho en Chile este podría ser el primer o segundo caso desde el punto de vista criminológico”.
Hoy, al repasar estas opiniones y conocer las reacciones de la imputada tras el fallo, me surge una interrogante ¿puede ser que una persona que padece el síndrome de Medea, niegue la autoría de la tragedia? Y es que, según el mito, la sacerdotisa griega nunca negó lo obrado. Es más, luego, se arrepintió. En el caso de Jeannette Hernández, ni siquiera lo ha reconocido.
Si alguno de los lectores lo sabe, ojalá lo responda a traves de los comentarios de este mismo artículo, se lo agradeceré.
Pinkosopanda
No hay comentarios:
Publicar un comentario