Durante la imputación de cargos a la ex cónyuge de Emilio Elgueta, la defensa reveló que el ministro realizó un llamado telefónico a un juez de garantía para contarle sobre la denuncia por lesiones que se tramitaría en ese tribunal
Una tensa audiencia se vivió ayer, en el Octavo Juzgado de Garantía , mientras se formalizaba a la sicóloga y ex pareja del ministro Emilio Elgueta, Alejandra Rebolledo.
El primero la había denunciadó por haberle provocado lesiones de carácter leve tras una agresión -que ella le habría propinado- el 26 de julio pasado en el frontis del colegio de sus hijos. Por este hecho, a Rebolledo se le imputó el delito de lesiones leves (en el marco de violencia intrafamiliar) en una polémica audiencia que fue dirigida por la jueza Emma Tapia.
La primera incidencia se produjo cuando Elgueta -a través de la Fiscalía Oriente- pidió que no se informara sobre los hechos que se discutirían. La contraparte, representada por la abogada María Verónica Rocca, se opuso argumentando la publicidad del nuevo sistema y que no por la investidura del denunciante se debía marginar a la prensa. Acto seguido la jueza Tapia soslayó una sonrisa y dijo “normalmente esto es al revés”, explicando que la fiscalía es la que aboga por el derecho a la información y los imputados se oponen a la difusión por el principio de inocencia. Tras esto, se obligó a los fotógrafos a salir de la sala.
Situaciones Sospechosas
Durante la sesión, la abogada Rocca hizó presente que existían situaciones anormales en la tramitación de la causa. Una de ellas, indicó, era un llamado realizado por Elgueta al Octavo de Garantía el día después de la denuncia. El juez de esa jurisdicción, Luis Avilés, dejó constancia de esa situación al fijar la audiencia:
“Se le informó al fiscal que este juez ya estaba en antecedentes que se realizaría tal petición (solicitud de detención verbal de Rebolledo) puesto que la víctima, el señor Emilio Elgueta ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, a las 8:34 horas (del 27 de julio) llamó telefónicamente a este juez para, en sus palabras, ‘ponerlo en antecedentes’, relatándole que el día de ayer su cónyuge lo había golpeado a la entrada del colegio donde asisten las hijas comunes (…) y que luego de hacer la denuncia el fiscal a cargo, Matías Moya, le indicó que pedirían la orden de detención porque no la habían encontrado dentro de las 12 horas”, dice el texto extraído de la constancia que dejó Avilés.
La jueza sólo escuchó el comienzo de este texto que fue leído por la defensa. Antes, la magistrada le aconsejó a la abogada Rocca que “mejor no hable más”, luego que ella dijera que la víctima había llamado al juez Avilés tal como también presumía lo hizo con el fiscal Moya. Esto último, según dijo, porque Rebolledo fue notificada por carabineros que sabían la hora y el lugar exacto donde se realizan las visitas a sus hijos coordinadas por el Juzgado de Familia en el que se tramita la tuición.
A la salida del tribunal la imputada dijo que lo único que quería era poder ver a sus hijos. Manifestó sentir un trato preferencial de la justicia hacia el juez. Detalló que aún no consigue ninguna resolución a su favor, pese a que ella lo denunció una semana antes por otro altercado.
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