El síndrome de alienación
parental, consiste en el empeño del progenitor a cargo de la custodia por
indisponer al menor en contra del otro progenitor, de manera que el hijo llega
a desarrollar una actitud de crítica injustificada y de aborrecimiento hacia el
padre.
En primer lugar, el lavado de
cerebro consistente en la programación consciente del niño contra el otro
progenitor. Por ejemplo, acusándole injustamente de haberlos abandonado o de
irse con otra mujer, describirlo como alcohólico o realizando comentarios
sarcásticos ("por
fin hoy tu maravilloso padre va a venir y se va a gastar algún dinero en
ti").
El segundo factor lo constituyen intentos más sutiles, e inconscientes de programar al menor en contra del progenitor que no tiene la custodia. La madre realiza al hijo comentarios del tipo "...te podría contar cosas de tu padre que te pondrían los pelos de punta, pero afortunadamente no soy de esa clase de personas que critica a un padre delante de sus hijos".
También puede actuar de una forma
aparentemente "neutral", advirtiendo a los niños que la decisión de
visitar o no al padre les corresponde totalmente a ellos. Esta estrategia
aumenta la indisposición de los niños contra el padre, desanimándolos al
mantenimiento de interacciones y visitas. Otra estrategia a la que también
suelen recurrir es hacer que los hijos se sientan culpables por desear mantener
contactos con el otro progenitor. Así el niño puede sentirse culpable por "dejar sola a su pobre
madre".
En tercer
lugar, habría que tener en cuenta los factores internos del propio niño.
Normalmente, el vínculo psicológico que mantenía antes del divorcio con el
progenitor residente era más fuerte que el mantenido con el no residente. Por
consiguiente, ante el temor de que el progenitor custodio lo abandone, el niño
tendrá que aliarse con la madre.
Finalmente,
factores situacionales también pueden contribuir al desarrollo del síndrome.
Por ejemplo, si un niño observa que su hermano es castigado por expresar sentimientos
positivos hacia el padre, aprenderá a no expresar esos sentimientos
abiertamente. En definitiva, en el síndrome de alienación parental tanto el
progenitor con la custodia como el menor comparten unas mismas creencias y
conductas en contra del otro. En tales casos se produce una interferencia
crónica de las visitas al haber sido aleccionado el menor para que se oponga
totalmente a mantener contactos con el otro progenitor.
Cantón Duarte, J., Cortés
Arboleda, M.R. y Justicia Díaz, M.D. (2000):
Conflictos matrimoniales, divorcio y desarrollo de los hijos. Madrid, Pirámide.
Conflictos matrimoniales, divorcio y desarrollo de los hijos. Madrid, Pirámide.
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