2008/11/06

Investigaciones - Cerebro de personas deprimidas maneja de modo distinto el dolor

Por Will Dunham

WASHINGTON (Reuters) - Un grupo de científicos halló indicios en los cerebros de las personas con depresión que ayudarían a explicar por qué tantos pacientes deprimidos también sufren dolor crónico, según un estudio realizado en Estados Unidos.

Imágenes cerebrales mostraron que las personas con depresión tenían más actividad en regiones del cerebro relacionadas con las emociones cuando anticipaban o experimentaban dolor, revelaron los expertos.

El equipo de Irina Strigo, de la University of California en San Diego, le informó a los voluntarios ocho segundos antes que iban a experimentar una sensación dolorosa, que consistía en el contacto en el brazo con un dispositivo lo suficientemente caliente como para causar dolor breve, pero no lesión.

El equipo evaluó a 15 personas de unos 25 años diagnosticadas con depresión pero que no estaban tomando medicación para tratar la condición. Las imágenes por resonancia magnética de sus cerebros fueron comparadas con las que 15 sujetos similares pero sin depresión. Si bien anticipaban el dolor, las personas con depresión registraban más actividad en el circuito cerebral involucrado en el procesamiento de emociones, incluidas las estructuras llamadas amígdala e ínsula, comparado con las personas sin depresión. Durante los cinco segundos que su brazo era tocado con el dispositivo caliente, sus cerebros continuaron mostrando una mayor activación en las zonas emocionales. Pero al mismo tiempo, las redes cerebrales normalmente involucradas en el alivio del dolor estaban menos activas en las personas deprimidas que en el resto de los participantes.

Más de tres cuartos de las personas deprimidas padecen dolor crónico o recurrente, mientras que entre el 30 y el 60 por ciento de los pacientes con dolor crónico informan síntomas de depresión, escribió el equipo en Archives of General Psychiatry. "Si una persona tiene dolor crónico junto con depresión, se trata de una condición muy debilitante. Esta enfermedad es muy difícil de tratar, la discapacidad es mucho mayor y el costo del tratamiento, muy elevado", dijo Strigo. La experta manifestó que los resultados del estudio apuntarían a nuevas formas de ayudar a los pacientes, ya sea con terapias conductuales o quizá con medicamentos.

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