Estos niños son particularmente conflictivos ya que presentan conductas destructivas, inquietas y nerviosas. También, son difíciles de educar, ya que los posibles castigos a que se exponen por sus travesuras, parecen no intimidarlos.
Otra de sus características es que pocas veces pueden mantener la atención puesta en algo, por lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un coeficiente intelectual normal.
Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, y no pocas veces, incluso, realizan lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto unido a sus estados de ánimos bruscos e intensos y a su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el colegio. En general, son niños incapaces de estarse quietos en los momentos que es necesario que lo estén.
Los niños hiperactivos demandan mucha energía de sus padres, cuidadores y maestros; muchas veces llevan al límite de la paciencia a cualquier adulto que termina rindiéndose a las exigencias del niño.
Consejos para Educarlos
Los niños hiperactivos necesitan rutinas que le den seguridad, que sepan exactamente qué sucede a cada hora, todos los días y en qué ámbitos se desarrollan; debe haber un lugar y momento para el juego, otros para estudiar y otros para comer.
Es importante que los niños puedan participar y sentir el éxito cuando son parte de pequeñas actividades domésticas que les puedes delegar. Ello ayudará a mantenerlo ocupado, que se sienta útil y mejorará su autoestima si elogias su trabajo.
Para educar adecuadamente a un niño hiperactivo es necesario que padres, docentes y cuidadores, en conjunto con especialistas persigan un objetivo común y no contradigan el trabajo de unos y otros; eso ayudará a dar certezas y seguridad al niño.
En el colegio es importante que al niño se le asignen tareas donde pueda descargar energías y no se le obligue a estar quieto por mucho tiempo; puede ser ayudante del profesor y limpiar pizarras o repartir cuadernos a sus compañeros.
La hiperactividad infantil es bastante frecuente. Se calcula que afecta aproximadamente a un 3 por ciento de los niños menores de siete años y, según algunos estudios, se presenta en cuatro varones por cada una mujer.
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