Los Hechos
Era cerca del
mediodía del lunes 22 de julio de 2002, y Carolina Hidalgo Mandujano entró a su
pieza luego de tomar una ducha.
En ese momento, volvió al departamento que
compartían en la calle Nuestra Señora del Rosario, después de ausentarse por
varios días, el actual diputado Ricardo Rincón (DC).
Discutieron.
Él la agredió verbalmente y luego físicamente, dándole una golpiza.
Según consta
en la denuncia por violencia intrafamiliar que estampó la relacionadora pública
ante el 16 Juzgado Civil de Santiago en 2002, la tiró al suelo, la golpeó con
los pies en todo el cuerpo y luego se sentó sobre ella agrediéndola repetidas
veces con golpes de puño, especialmente en la nariz y mandíbula. Acto seguido,
se fue, dejándola herida.
La violenta
escena fue acreditada por la entonces pareja de Rincón ante tribunales a través
de testigos, certificado médico y constatación de lesiones. No ocurrió lo mismo
con la versión del actual parlamentario, que –según consta en la sentencia,
emitida en 2003– acompañó testimonios falsos, y fue
encontrado culpable de la brutal agresión.
Más de un año
después de emitida la sentencia, la defensa de Rincón solicitó que se declarara
prescrita la pena, lo que fue rechazado por la Corte. Hasta hoy, esta historia
se había mantenido bajo estricta reserva.
“Cobardía
increíble”
El testimonio
ante el juzgado del abogado Alfonso Laso Barros, que en ese tiempo conocía a
Rincón desde ya hacía 30 años “por amistad muy
estrecha con su familia”, no deja en buen pie al parlamentario.
Según Laso
Barros, con su esposa eran amigos de la pareja e, incluso, le hicieron un
regalo de matrimonio poco antes de que terminaran, ya que en el cumpleaños de
Carolina anunciaron que se casarían.
Pero de
pronto los planes cambiaron drásticamente, de acuerdo a su relato, ya que
Rincón “tenía intención de terminar con Carolina a
la brevedad posible y me pidió como amigos entre ambos que hiciera una
mediación en la parte económica (…) quería que la Srta. Hidalgo saliera
inmediatamente del departamento”.
El abogado
preparó un borrador de escritura de liquidación de comunidad de bienes que
Rincón aprobó y lo llevaron a una notaría. “Ante mi
sorpresa el día viernes 19 de julio hacia las 5 de la tarde en que nos habíamos
concertado para suscribir la escritura apareció él para informarme que no
firmaba nada”.
Tres días
después, el lunes 22 de julio, Laso Barros recibió una inquietante llamada
telefónica de Carolina Hidalgo, diciéndole que había sido brutalmente golpeada
por Rincón, y “que se encontraba muy confundida y
mareada por los golpes y que necesitaba auxilio”. Así que partió a
Nuestra Señora del Rosario, donde la ayudó a subir al auto, “porque se veía mareada con la cara tremendamente golpeada,
particularmente en el sector de la nariz y mandíbula”, incluso cojeando.
La llevó a la
Clínica Alemana. Allí el amigo de Rincón vio que la mujer tenía los “dedos marcados en el antebrazo derecho por los golpes, las
señas de puños en la cara y hematomas y puntapiés en la pantorrilla”.
En la Clínica
Alemana se constató una fractura en el tercio de los huesos de la nariz y
contusiones múltiples en tórax, espalda, brazos y piernas.
Luego llevó a
Carolina a la comisaría, donde le tomaron declaración, tras lo cual se fue a
casa de su madre por temor a una nueva agresión.
Al final de
su testimonio, el tribunal pregunta a Laso si vio directamente a Rincón golpear
a su pareja, a lo que él respondió que “evidentemente
que no, porque si hubiera estado presente no se lo habría permitido por ser un
acto de cobardía increíble”.
Testigos
falsos, falso abogado
Según consta
en los archivos judiciales del caso, Carolina Hidalgo relató que convivió con
Rincón cerca de tres años, durante los cuales manifestó respeto y afecto por
ella, salvo casos aislados de violencia intrafamiliar, consistentes en
agresiones verbales. Sin embargo, la relación continuó y el diputado le propuso
matrimonio en junio del 2000, tras lo cual compraron un departamento.
Las cosas
cambiaron en marzo de 2002, luego de que el hermano de la actual ministra
Ximena Rincón no fuera reelecto como diputado, ya que comenzó con agresiones
verbales y físicas contra su pareja. Después, de acuerdo al testimonio de la
mujer, descubrió que Rincón “mantenía relaciones
sentimentales con otras mujeres, las que introducía al hogar común”.
En ese
contexto, Carolina Hidalgo sufrió la brutal agresión ese lunes 22 de julio.
Tras la
denuncia que ella interpuso, se realizó un comparendo, en el que el entonces ex
parlamentario contestó por escrito que ninguno de los hechos denunciados era
efectivo, agregando que hace mucho tiempo Carolina Hidalgo se había ido del
departamento que compartían.
Según su
versión, los hechos no correspondían a la realidad y solo existían “en la imaginación” de su ex pareja, ya que aseguró
ante el juzgado que, a la hora en que ella dijo haber sido atacada, él se
encontraba cenando en un lugar público. De hecho, presentó
una serie de testigos que lo situaron en distintos lugares el 22 de julio a la
misma hora, lo que levantó las sospechas del tribunal.
Es así como,
según Jaime Jansana Medina, que aseguró ser su profesor –Rincón estudiaba en
ese tiempo en la Escuela de Derecho de la Universidad Mariano Egaña–, testificó
que el 22 de julio, entre las 11:30 y las 13:15, su alumno estaba en su
oficina, ubicada en calle Ahumada, rindiendo una prueba.
Otro testigo,
Mauricio González Bello, aseguró haberse encontrado con él y luego haberse ido
a almorzar juntos al hotel Radisson, antes de las 13:00 horas.
De hecho, su
abogado, Martín Donoso Villaseñor, presentó un certificado de dicho hotel que
confirmaba la “asistencia a un almuerzo ejecutivo el día 22 de julio. Incluyendo
aperitivo a las 13:00 horas, y almuerzo a las 13:15 horas. Reserva a nombre de
don Ricardo Rincón”, que era socio del lugar. El documento del hotel detallaba
que al encuentro fue acompañado de dos personas.
Un tercer
testigo, Paulina Maturana Vivero, declaró que cuando llegó al hotel a las 13.15
horas, el DC ya se encontraba allí, y se acercó a saludar a su esposo.
El tribunal
no le creyó a Rincón y sus testigos. Según consta en la sentencia, emitida el 8
de enero de 2003, “del análisis de las declaraciones de
los testigos de la denuncia, aparece que el denunciado estuvo presente en dos o
más lugares a la vez, esto es, en las oficinas de don Jaime Jansana Medina
(según sus propias declaraciones…), en el Hotel Radisson (…) todo a la misma
hora y en el mismo día, lo que resta valor a las declaraciones de dichos
testigos, quienes presentan declaraciones contradictorias entre sí, sobre todo
en lo que respecta a las circunstancias esenciales de la defensa del
denunciado”.
Ricardo Rincón, Parlamentario de la Nueva Mayoría |
El tribunal
le pegó en otro flanco al parlamentario, señalando que en los antecedentes
aportados aparece que Ricardo Rincón “se atribuye la
calidad de abogado, profesión que no tiene, revelando al Tribunal una conducta
contraria a derecho y falta a la verdad”.
Asimismo, el
documento agrega que “el haber estado almorzando en el
hotel Radisson o haber estado rindiendo una prueba, no acredita el hecho de
haber golpeado a la denunciante, la que sí acreditó las lesiones sufridas”.
El tribunal
consideró estas lesiones un “acto de violencia intrafamiliar
que ha causado un sufrimiento y ha afectado gravemente la salud de la
denunciante, de lo que da cuenta el informe psicológico”.
El fallo
ordenó a Rincón su asistencia obligatoria, por el término de seis meses, “a terapia
psicológica individual al Centro de Salud Mental Centro Comunitario Padre
Hurtado”, ubicado en Las Condes, el
que debía informar al tribunal al término de dicho tratamiento.
Al revisar el
legajo del caso en el archivo judicial, no existe ningún documento que acredite
la asistencia al tratamiento. De hecho, el 4 de mayo de 2005 el abogado de
Carolina Hidalgo, Juan Eduardo Venegas, solicita al Juzgado oficiar al director
del centro de salud mental para saber si cumplió esta exigencia. No hay ninguna
respuesta archivada.
El diputado Rincón
entregó su versión al diario electrónico El Mostrador: “Tengo
una sola mujer, mi esposa, que por cierto no es aquella que me demandó y con
quien no quise casarme por diversos motivos y a quien además exigí el pago de
20 millones adeudados y que debió pagar judicialmente. Dicha sentencia se basa
en simples presunciones, no en el hecho imputado, pues es falso absolutamente”,
aseguró.
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