Los Hechos
La noche del domingo 20 de julio de este año, una abogada, en compañía de personal de Carabineros, evitó que Martina y su madre viajaran a Santiago. La pequeña quedó en manos de su abuela, la jueza de familia. Gritos, forcejeos y llantos marcaron la lucha que una joven dio para evitar que carabineros le arrebatara a su pequeña en el rodoviario. Para los testigos era quizás sólo un procedimiento. Para Carolina Tapia Schampke (23) una pesadilla porque se llevaron lo que más ama: su hija. La pequeña Martina quedó en manos de su abuela paterna, la jueza de familia, Patricia Villarreal Ramis. A Carolina aún no le queda claro en virtud de qué orden le quitaron a su bebé.
La noche del domingo 20 de julio de este año, una abogada, en compañía de personal de Carabineros, evitó que Martina y su madre viajaran a Santiago. La pequeña quedó en manos de su abuela, la jueza de familia. Gritos, forcejeos y llantos marcaron la lucha que una joven dio para evitar que carabineros le arrebatara a su pequeña en el rodoviario. Para los testigos era quizás sólo un procedimiento. Para Carolina Tapia Schampke (23) una pesadilla porque se llevaron lo que más ama: su hija. La pequeña Martina quedó en manos de su abuela paterna, la jueza de familia, Patricia Villarreal Ramis. A Carolina aún no le queda claro en virtud de qué orden le quitaron a su bebé.
Posteriormente, el pleno de la Corte de Apelaciones de Temuco decidió ayer abrir una investigación administrativa en contra de la magistrada Patricia Villarreal Ramis para determinar si en sus actuaciones incurrió en excesos o en alguna falta. El ministro Leopoldo Llanos dijo en aquella oportunidad, que la magistrada contaba con una medida de protección emanada el 2005 del Juzgado de Menores y que le entregaba la cautela de la menor. En ese tiempo la orden fue emanada de un tribunal donde la jueza Villarreal cumplía funciones de secretaria. Se informaba además, que se indagaría si existió algún vínculo de amistad que pudo haber influido para dictar la orden que le permitió a la jueza quedarse con su nieta, como también, que se debería determinar si hubo una orden del Juzgado de Familia que autorizó a un abogado del tribunal y al personal de carabineros para arrebatarle a la pequeña a su madre cuando intentaba viajar a Santiago.
Cuatro meses después,
02/12/2008
Corte de Apelaciones de Temuco retiró custodia de menor a jueza de familia
Consideró que la niña no estaba en peligro si permanecía con la madre.
La progenitora se mostró emocionada tras el veredicto.
La progenitora se mostró emocionada tras el veredicto.
La primera sala de la Corte de Apelaciones de Temuco otorgó la custodia de la pequeña Martina, de tres años, a su madre Carolina Tapia, de 23 años, ya que consideró que la niña no corre ningún riesgo de vulneración de sus derechos al cuidado de su progenitora. Con esta resolución, la menor vuelve a estar a cargo de su madre, luego de que el año 2005 el Tribunal de Menores de Temuco entregara la custodia a su abuela, la jueza Patricia Villarreal, quien se desempeña en el mismo tribunal.
Conclusión
Aquí no ha pasado nada. A pesar del tormento que debió vivir la madre, nadie le ha dado una explicación. Se ignora si, por lo menos, la pequeña fue asistida psicológicamente, tras ser arrebatada de los brazos de su madre por la fuerza pública; en el rodoviario. Insisto, a riesgo de ser pedante, pero estos casos me llevan a preguntarme si la Justicia es ciega y sorda. De no ser así, ¿como es posible que haya pasado tanto tiempo antes de que resolviera que la niña no corría ningún riesgo junto a su madre y que fuera incapaz de percibir que este caso no pasaba de ser, lisa y llanamente, una intriga de su poderosa abuela? Quisiera creer en la igualdad ante la ley y la honradez de quienes imparten la justicia, pero... como se han dado las cosas, es mejor que evite cualquier trance que me pueda quitar definitivamente la intención. Apostaré a que, en esta ocasión, ganan los buenos y la "Jueza de Familia" será cremada, como una medida disciplinaria ejemplificadora, por parte del Poder Judicial.
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