VIOLENCIA INTRAFAMILIAR CONTRA HOMBRES
Se aburrieron de los insultos y el maltrato. Tampoco les importó ser acusados de “macabeos” o “polleruos”. Lentamente, los hombres víctimas de agresiones físicas denuncian su situación a las autoridades. Según el último catastro del Ministerio del Interior la cifra corresponde a un 8,6% de las llamadas.
“Cada vez que discutíamos a ella le daban como crisis y comenzaba a gritarme un montón de cosas que me dejaban muy mal. Luego tomaba sus cosas y se iba a la casa de sus papás. Allá llegaba yo a buscarla y volvíamos. A veces, cuando discutíamos yo también le respondía los gritos y nos agredíamos sicológicamente. La última vez ella intentó golpearme en la cabeza con un fierro pero sólo alcanzó a romperme el labio, para calmarla yo la tomé fuerte de los brazos y quedó morada, pero fue a Carabineros y me demandó diciendo que yo la había golpeado y pateado, pero era mentira”.
Esa es la historia de Jorge, un hombre de 55 años que fue agredido por su mujer. Separado de su esposa, hoy revisa con más calma su situación y no siente rabia contra ella porque cree que está enferma. Lo que más le duele es no poder ver a sus dos hijos porque ella se lo impide. “Una vez fui hasta con Carabineros pero ni aun así lo conseguí”, reclama.
Para él no es fácil asumir las agresiones. Por lo mismo prefiere no dar su nombre verdadero y pide reserva de algunos detalles que pudieran identificarlo.
Vergüenza y temor son los principales sentimientos que tienen los hombres que son víctimas de violencia intrafamiliar. Todavía representan una cifra marginal frente a las mujeres. Según la coronel directora de la unidad de Protección Policial de la Familia de Carabineros, Ana María González, los casos de hombres agredidos no son más del 3% del total de situaciones que ve la policía uniformada.
El último informe de Estadísticas Nacionales sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación Social y Violencia Intrafamiliar del Ministerio del Interior, señala que las denuncias por violencia intrafamiliar contra hombres corresponden a un 8,6% del total de denuncias. En 1999, apenas eran el 4,4%.
A la luz de estos nuevos antecedentes, no son pocos los que lentamente están dejando el anonimato para denunciar los vejámenes que sufren de parte de sus esposas o parejas.
Hombres maltratados denuncian
A juicio de la ministra del Sernam, Cecilia Pérez, con el aumento de las denuncias “empieza a plantearse la violencia como un tema más transversal, de relevancia social en el que la ciudadanía se siente un poco más protegida y con permiso a hacerlo público”. Aunque reconoce que las situaciones de violencia contra ellos ha sido siempre marginal, en comparación con las mujeres, “también hay situaciones violencia cruzada (ellos pegan de vuelta), principalmente en parejas muy jóvenes o muy adultas, pero también hay que pensar en la posibilidad de que los hombres víctimas han perdido la vergüenza y el miedo a denunciar”, porque para ellos reconocer que son las víctimas tiene una carga social muy grande.
Carlos Michea, presidente de la Corporación Papás por Siempre, ha sabido de varios casos de hombres agredidos. “Casi el 40% de los papás que acuden a nosotros son víctimas de agresión y de ellos, un 10% ha sido incluso golpeado”, cuenta.
Es difícil tratar a un padre agredido, señala Michea. “La sociedad ve muy mal que está situación e incluso duda que pueda ocurrir. Cuesta mucho convencerlos de que acudan a un centro en busca de atención, más aún que denuncien”. Además, aclara el dirigente, “nosotros no estamos por la judicialización de los temas, creemos que el solo hecho de denunciar es muy violento”.
En Carabineros no han visualizado un aumento sustancial en las denuncias de hombres agredidos. “A ellos les cuesta mucho llegar a los cuarteles. Hay llamadas que realizan al 149 –fono de familia- pero tampoco son muchas. En su mayoría, son casos de violencia cruzada”, dice la coronel Ana María González, directora de la unidad de Protección Policial de la Familia de Carabineros, y la mayor parte de las veces, violencia sicológica que los deprime mucho.
Violencia Cruzada
Para la sicóloga Ximena Santa Cruz, especialista en temas de parejas y con vasta experiencia en violencia de género, en su mayoría, los casos de violencia física corresponden a una devuelta de mano de parte de las mujeres. “Cuando en una familia hay violencia ejercida por el hombre, la mujer se desquita, y eso ocurre con la mayoría de los hombres que acusan violencia”.
Desde su perspectiva, es difícil hablar de hombres víctimas de violencia intrafamiliar. Por definición, el fenómeno del maltrato tiene que ver con un tema de asimetría en la relación, la cultura y por la fortaleza física, con relaciones de poder en la que en general, el hombre es más fuerte. “Un hombre puede aguantar ser agredido, pero en determinado momento puede volverse más violento y con eso terminar la agresión”, explica Santa Cruz.
Incluso la sicóloga agrega que con el cambio cultural que está ocurriendo hoy en el país, son cada vez menos las mujeres maltratadas que no respondan a esa agresión. “La forma en que se estructura la violencia es cruzada y tiene que ver con la exposición a un medio en el que se acepta la posibilidad de devolver la mano. Hay una historia cultural que facilita el que si te pegan, pegas de vuelta”, concluye Santa Cruz.
EL PERFIL DE LOS AGREDIDOS
No son muchos los estudios que se han detenido a revisar la situación nacional de los hombres agredidos ya sea física o sicológicamente.
En el año 2000, los asistentes sociales de la Universidad Mayor de Temuco, Carol Fontea y Andrés Gatica, dieron a conocer la investigación que les llevó más de un año de búsqueda de casos y entrevistas: “La Violencia Doméstica hacia el Varón: factores que inciden en el hombre agredido para no denunciar a su pareja”.
A juicio de los investigadores, dentro de la violencia intrafamiliar, existen hombres que son agredidos física, sicológica y hasta sexualmente, pero que por distintas razones, ellos no denuncian las situaciones de abuso.
¿Por qué no lo hacen? Por creer en la ideología patriarcal que les impone estereotipos rígidos al varón con respecto a lo que se espera de él como hombre fuerte en la relación de parejas.
El ser golpeado o maltratado sicológicamente, implica no cumplir con el estereotipo. También influye, dicen los investigadores el que no exista una institución exclusiva para ellos.
Además, señalan que en general, los abusos se presentan cuando el varón llega pasado de copas a la casa, cuando la mujer gana más que él o cuando ésta es más grande físicamente.
Los hombres entrevistados en este estudio, también reclaman por la poca seriedad con que se toman sus denuncias.
Una prueba de ello la puede dar Jorge. “Fui a Carabineros y al Juzgado a denunciar que mi esposa me maltrataba sicológicamente y que me había golpeado la cara. Peor en el juzgado fue para la risa, casi tragicómico. La propia actuaria me dijo “acaso quiere que metamos presa a su señora”. No sé, les dije yo, quiero que nos ayuden como familia. “Eso no es problema nuestro”, me dijo la actuaria. Ante eso, menos creo en la justicia”, dice.
Esa es la historia de Jorge, un hombre de 55 años que fue agredido por su mujer. Separado de su esposa, hoy revisa con más calma su situación y no siente rabia contra ella porque cree que está enferma. Lo que más le duele es no poder ver a sus dos hijos porque ella se lo impide. “Una vez fui hasta con Carabineros pero ni aun así lo conseguí”, reclama.
Para él no es fácil asumir las agresiones. Por lo mismo prefiere no dar su nombre verdadero y pide reserva de algunos detalles que pudieran identificarlo.
Vergüenza y temor son los principales sentimientos que tienen los hombres que son víctimas de violencia intrafamiliar. Todavía representan una cifra marginal frente a las mujeres. Según la coronel directora de la unidad de Protección Policial de la Familia de Carabineros, Ana María González, los casos de hombres agredidos no son más del 3% del total de situaciones que ve la policía uniformada.
El último informe de Estadísticas Nacionales sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación Social y Violencia Intrafamiliar del Ministerio del Interior, señala que las denuncias por violencia intrafamiliar contra hombres corresponden a un 8,6% del total de denuncias. En 1999, apenas eran el 4,4%.
A la luz de estos nuevos antecedentes, no son pocos los que lentamente están dejando el anonimato para denunciar los vejámenes que sufren de parte de sus esposas o parejas.
Hombres maltratados denuncian
A juicio de la ministra del Sernam, Cecilia Pérez, con el aumento de las denuncias “empieza a plantearse la violencia como un tema más transversal, de relevancia social en el que la ciudadanía se siente un poco más protegida y con permiso a hacerlo público”. Aunque reconoce que las situaciones de violencia contra ellos ha sido siempre marginal, en comparación con las mujeres, “también hay situaciones violencia cruzada (ellos pegan de vuelta), principalmente en parejas muy jóvenes o muy adultas, pero también hay que pensar en la posibilidad de que los hombres víctimas han perdido la vergüenza y el miedo a denunciar”, porque para ellos reconocer que son las víctimas tiene una carga social muy grande.
Carlos Michea, presidente de la Corporación Papás por Siempre, ha sabido de varios casos de hombres agredidos. “Casi el 40% de los papás que acuden a nosotros son víctimas de agresión y de ellos, un 10% ha sido incluso golpeado”, cuenta.
Es difícil tratar a un padre agredido, señala Michea. “La sociedad ve muy mal que está situación e incluso duda que pueda ocurrir. Cuesta mucho convencerlos de que acudan a un centro en busca de atención, más aún que denuncien”. Además, aclara el dirigente, “nosotros no estamos por la judicialización de los temas, creemos que el solo hecho de denunciar es muy violento”.
En Carabineros no han visualizado un aumento sustancial en las denuncias de hombres agredidos. “A ellos les cuesta mucho llegar a los cuarteles. Hay llamadas que realizan al 149 –fono de familia- pero tampoco son muchas. En su mayoría, son casos de violencia cruzada”, dice la coronel Ana María González, directora de la unidad de Protección Policial de la Familia de Carabineros, y la mayor parte de las veces, violencia sicológica que los deprime mucho.
Violencia Cruzada
Para la sicóloga Ximena Santa Cruz, especialista en temas de parejas y con vasta experiencia en violencia de género, en su mayoría, los casos de violencia física corresponden a una devuelta de mano de parte de las mujeres. “Cuando en una familia hay violencia ejercida por el hombre, la mujer se desquita, y eso ocurre con la mayoría de los hombres que acusan violencia”.
Desde su perspectiva, es difícil hablar de hombres víctimas de violencia intrafamiliar. Por definición, el fenómeno del maltrato tiene que ver con un tema de asimetría en la relación, la cultura y por la fortaleza física, con relaciones de poder en la que en general, el hombre es más fuerte. “Un hombre puede aguantar ser agredido, pero en determinado momento puede volverse más violento y con eso terminar la agresión”, explica Santa Cruz.
Incluso la sicóloga agrega que con el cambio cultural que está ocurriendo hoy en el país, son cada vez menos las mujeres maltratadas que no respondan a esa agresión. “La forma en que se estructura la violencia es cruzada y tiene que ver con la exposición a un medio en el que se acepta la posibilidad de devolver la mano. Hay una historia cultural que facilita el que si te pegan, pegas de vuelta”, concluye Santa Cruz.
EL PERFIL DE LOS AGREDIDOS
No son muchos los estudios que se han detenido a revisar la situación nacional de los hombres agredidos ya sea física o sicológicamente.
En el año 2000, los asistentes sociales de la Universidad Mayor de Temuco, Carol Fontea y Andrés Gatica, dieron a conocer la investigación que les llevó más de un año de búsqueda de casos y entrevistas: “La Violencia Doméstica hacia el Varón: factores que inciden en el hombre agredido para no denunciar a su pareja”.
A juicio de los investigadores, dentro de la violencia intrafamiliar, existen hombres que son agredidos física, sicológica y hasta sexualmente, pero que por distintas razones, ellos no denuncian las situaciones de abuso.
¿Por qué no lo hacen? Por creer en la ideología patriarcal que les impone estereotipos rígidos al varón con respecto a lo que se espera de él como hombre fuerte en la relación de parejas.
El ser golpeado o maltratado sicológicamente, implica no cumplir con el estereotipo. También influye, dicen los investigadores el que no exista una institución exclusiva para ellos.
Además, señalan que en general, los abusos se presentan cuando el varón llega pasado de copas a la casa, cuando la mujer gana más que él o cuando ésta es más grande físicamente.
Los hombres entrevistados en este estudio, también reclaman por la poca seriedad con que se toman sus denuncias.
Una prueba de ello la puede dar Jorge. “Fui a Carabineros y al Juzgado a denunciar que mi esposa me maltrataba sicológicamente y que me había golpeado la cara. Peor en el juzgado fue para la risa, casi tragicómico. La propia actuaria me dijo “acaso quiere que metamos presa a su señora”. No sé, les dije yo, quiero que nos ayuden como familia. “Eso no es problema nuestro”, me dijo la actuaria. Ante eso, menos creo en la justicia”, dice.