Amigos he rescatado este reportaje de el Mercurio, con el único afán de que reflexionemos respecto al dolor que han vivido personas, como la entrevistada, versus, nuestras penas y desilusiones. En tiempos de dificultades y depresión, cuando creemos que lo más terrible que sucede en esta vida, es lo que nos afecta; es bueno mirar más detenida y profundamente a nuestro alrrededor. Muchas veces el consuelo y la misericordia de Nuestro Señor, se expresa a traves de nuestros hermanos.
Pinkosopanda
Domingo 31 de agosto de 2008
Cómo hacer cuando una bomba cae en nuestras vidas:
"Con la gente, amigos y familia te sientes contenida"
Pía Ovalle fue profesora jefa, en 1999, del mismo curso del Colegio Cumbres que el viernes pasado perdió a nueve niñas. Tres años antes, ella vivió la muerte de su hermana Bernardita en el accidente aéreo de Arequipa.
Luis Goycoolea U.Pía Ovalle es hermana de Bernardita Ovalle Maino, fallecida en Arequipa, Perú, en el vuelo del Boeing 737-200 de la compañía Faucett.Pero le ha tocado vivir más penas.Fue profesora jefa -en el segundo semestre de 1999- del actual Segundo Medio D del Colegio Cumbres, el mismo que el viernes recién pasado sufrió la dolorosa pérdida de nueve de sus alumnas.Accedió a conversar con "El Mercurio" con la idea de dar apoyo, en medio del dolor que viven los papás, familiares y amigos de las estudiantes muertas en el accidente carretero.-
¿Qué impacto hay para las familias con una pérdida de esta naturaleza?
-En el momento mismo es como si... espera un poco, espera un poco (silencio)... Perdón, fui a buscar una foto de mi hermana y una hojita que escribió mi mamá (Bernardita Maino) cuando se cumplió un año de la muerte de la Berni. Te la voy a leer: "En un día como hoy, todo parecía transcurrir normalmente, pero la campanilla del teléfono sonó como la sirena de guerra. Una bomba caería en nuestras vidas, que quedarían destruidas en mil pedazos. Estupor, angustia, dolor, sólo dolor. Cómo rehacer, horas atrás, lo sucedido. Cómo detener todo. Pero la vida es un camino que, en momentos, parece cruel tener que continuar; nada la detiene, sólo queda recoger los pedazos y rehacerse de nuevo. Hoy miramos estas cicatrices gruesas y rojas con ternura. Son sólo de amor por una hermana e hija maravillosa que partió un día como hoy. El espíritu siempre anda nostálgico en busca de su origen, Dios. La esperanza siempre busca sustentarse de la certeza, sólo habrá que llegar al final del camino".
-¿Hay alguna forma de consolarse?
-No, nada. Es como dice la carta de mi mamá: una bomba. No lo puedes creer... (silencio). Siempre me acuerdo que aquella mañana mi nana me despertó y me dijo: "Pía, se cayó el avión". Bajé al primer piso y todo el mundo lloraba, mi mamá lloraba. Entonces partí a buscar a mi hermano al colegio, y cuando volví había una cantidad enorme de autos y de gente. Eso me reafirmaba que no era una "pelada de cables", sino que era verdad. Toma aire y continúa...-En este mismo instante estoy pensando que hay una misa ahora a las 19:30 para estas niñitas y va a estar llena de gente. Allí te dices: "Esto no es un sueño, es verdad". Uno quiere creer que si hubiese despertado antes quizás no habría pasado. En mi caso, nunca pude ver el cuerpo de mi hermana, por lo que durante mucho tiempo pensé que era sólo una idea loca, porque uno no se despidió ni nada. Simplemente no lo puedes creer.
-¿Y qué pasa con el tiempo, qué pasa con ese dolor?
-Al principio es tan real... (silencio). Estás sentado en la mesa del comedor y hay alguien que no está. Hay ropa, cama, cumpleaños, gente, amistades, todo, pero al final... Recuerdo que hasta físicamente me dolía el corazón. Me acuerdo patente que una vez, en la universidad, me tuve que sentar del dolor de pecho, porque como te digo, es tan impactante. No es como cuando alguien muere de una enfermedad, porque sucede de a poco; pensándolo bien, debe ser más triste quizás porque todo el mundo sufre antes, incluso el mismo enfermo. Aquí la persona no sufre, sino que sufren los que quedan. Se te revienta el corazón, y después comienzas a vivir con eso."Cada uno vive una pena distinta. Tengo hermanas que no hablan del tema. No les gusta".
-¿Ayuda el cariño de la gente?
-Lo único positivo en estos casos es que habiendo mucha gente se comparte mucho el dolor. Quedan compañeras. Imagínate con mi hermana y el colegio Ursulinas. Hubo misas todos los días durante cuatro meses. Hay más catarsis. No es lo mismo morir acompañado sólo de tu familia, y se acabó. No, aquí saben todos lo que pasa. Uno se siente más contenido. Por un lado es mucho más positivo; como todo el mundo sabe de la tragedia, puedes hablar con todos sobre eso. Al menos fue mi caso, que soy extrovertida. Todo el mundo te abraza y reza rosarios por ti. Eso te ayuda mucho.-Reconforta...-Sí, la gente es cariñosa. Te da espacio. Me imagino que en este caso las niñitas van a tener todo el colegio a sus pies, especialmente siendo un colegio católico. En las Ursulinas, cuando se murieron cinco alumnas, todos los meses -durante cuatro años- hubo un curita haciendo misa. Al final, con toda la gente, amigos y familia te sientes contenida. Ni siquiera tienes que gritar a viva voz lo que te está pasando, porque todo el mundo sabe.
-¿Te acuerdas de este curso de niñitas del Colegio Cumbres?
-Sí, fui profesora jefa del segundo semestre, en 1999. Era un primero básico.
-¿Qué recuerdos tienes?
-Sólo me acuerdo de la Trinidad de la Carrera (fallecida) porque era sobrina de Alejandro, el entonces pololo de mi hermana Bernardita. Le decía que era mi preferida. De las otras niñas, sólo me acuerdo de sus caritas.
-Pareces una mujer fuerte...
-No, pero estoy más clara. Ahora llamé a mi mamá que está en Barcelona, España, visitando a mi hermana Macarena, y le decía: "Mamá, esto me reafirma que la vida es un ciclo, que cada uno tiene su ciclo".Hay que seguir adelante"La vida es un camino que, en momentos, parece cruel tener que continuar; nada la detiene, sólo queda recoger los pedazos y rehacerse de nuevo".
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