El 27 de
noviembre del año pasado, Edwin Vásquez (25) y Juliana Aguirre (21) llegaron a
Santiago desde Colombia. Ya eran pareja, pero no vivían juntos, en Chile
comenzarían su nueva vida con el objetivo de mejorar su situación económica.
Edwin Valdés
trabajaba en un restaurante del mall Costanera Center. Su pareja, como mesera,
también en un local de comida. Vivían juntos en un departamento en el sector de
San Pablo y luego pasaron a un inmueble en Huérfanos, en pleno Santiago centro.
Sin embargo,
el cambio de vida de la joven pareja colombiana no cambió su mala relación ni tampoco
el tenor ni el tono de sus constantes rencillas.
De acuerdo a
los antecedentes de la investigación, el sábado por la tarde, la pareja inició una
discusión por celos al interior del departamento que compartían. Durante esta, la joven le pegó en el pecho, a lo
que Vásquez respondió con una cachetada. Aguirre se defendió con un golpe de
puño por lo que el sujeto la tomó por el cuello y la ahorcó.
Luego de
tomarse un tiempo en procesar lo ocurrido, el ex policía rural de Colombia, arrastró
el cuerpo hasta el baño, y en la tina comenzó a descuartizarla. Según parte de
la confesión, su padre -ya fallecido- quien había trabajado en una funeraria,
en una ocasión, le habría descrito el modo de desmembrar un cuerpo; por lo que
contaba con la técnica para hacerlo.
De esta
forma, el mismo sábado en la noche decide botar al río Mapocho -en un puente de
Cal y Canto- la cabeza y el tronco de la víctima. En tanto, el domingo por la
mañana, lanzó las extremidades, que fueron los primeros restos encontrados
cerca de las 16.00 horas.
La
Investigación Policial y Detención del Culpable
Al no poder
identificar el cuerpo por sus huellas dactilares, debido a que era extranjera,
una de las pistas que manejaba la PDI eran sus tatuajes. Por esta razón la
policía liberó fotos con cada uno de estos.
El primero de ellos, en la cara
anterior de una de sus muñecas que decía “Juan David” y que estaba adornado por
una llave de sol.
El segundo, ubicado en la zona inguinal, una corona que en su
parte superior tenía una corona.
Y el tercero, que se encontraba en la parte
superior de la espalda y que decía “Andrea”.
Sin embargo, la
respuesta a la identidad de la mujer surgiría
producto de una de las fotografías difundidas y que mostraba un especial
diseño de una flor pintada sobre una uña de uno de sus pies.
Una mujer que -por
casualidad vio la imagen- reconoció la manicure que ella misma le había
realizado. Fue así que se estableció que se trataba de Juliana Aguirre y se originó la
indagatoria que llevó a la detención de su pareja por el delito de femicidio.
La
Formalización
El fiscal de
la Centro Norte, Ricardo Peña, confirmo que el ciudadano colombiano Edwin
Mauricio Vásquez Ortiz, de 25 años; es el autor confeso de la muerte y
descuartizamiento de la mujer colombiana encontrada en el río Mapocho. Hecho
que a su jefe, mediante un mensaje de Whatsapp, ya le había reconocido con
anterioridad.
Durante la
audiencia de formalización, el Tribunal decidió dejarlo en prisión preventiva mientras
dure la investigación.
Según los
antecedentes recopilados, la joven víctima llegó a Chile buscando mejoras
laborales. Sin embargo, producto de la violencia y los celos; sólo encontró la
muerte.