2010/12/05

Entrevista: "Los jóvenes son pesimistas y creen que no superarán a sus padres"

En España, *La Fundación Santa María acaba de presentar el último informe Jóvenes Españoles 2010, que se actualiza cada cinco años, según el cuál los jóvenes son pesimistas y creen que no superarán los logros de sus padres. Luis Ayuso, profesor de Sociología de la Universidad de Málaga y coautor del informe de la Fundación explica los alcances.

por Ignacio A. Castillo

Las nuevas generaciones vienen marcadas por el pesimismo. Soportan una pesada losa figurada, que les impide levantar cabeza para luchar por un futuro que les sea prometedor. Más de un tercio ve que, por muchos esfuerzos que haga en la vida, nunca conseguirá lo que realmente desea. Representan la primera generación que se ve peor que sus padres. Luis Ayuso, profesor de Sociología de la UMA, ha participado en la realización del informe Jóvenes Españoles 2010, que cada cinco años edita la Fundación SM.

Siempre ha habido jóvenes que han sido criticados por sus mayores, la mayoría de las veces generalizando. Entre los jóvenes de hoy habrá de todo, pero, ¿estamos ante la generación indolente?

Hay quienes la llaman generación Nini o generación Zombi, porque no se implica en nada. Cuando vimos los datos de las encuestas, en realidad no nos sorprendimos. Eran esperables en una situación de crisis. El 46% de los jóvenes muestra una gran desconfianza de cara al futuro. Y eso se debe al contexto económico. Los chicos de hoy son la primera generación que se ve peor que sus padres, que consideran muy difícil alcanzar lo que alcanzaron ellos, que a su vez, ya mejoraron con respecto a sus abuelos... Sólo hay que ver las dificultades que tienen para acceder a una vivienda, cuando sus padres tienen una segunda residencia.

¿No valoran que viven en una democracia en la que pueden participar, con su voto, en la toma de decisiones, mientras que sus padres no tenían esa oportunidad?

Los jóvenes dicen que los políticos y la política no tienen nada que ver con ellos. Se sienten ajenos y saben que no pueden hacer nada para cambiar las cosas. Así lo piensa el 56% de los encuestados. Sólo un 12,2% participa en acciones reivindicativas y de protestas. Además, son jóvenes que han nacido en la democracia y lo ven con naturalidad. La dictadura es, para ellos, como la historia del abuelo. Son jóvenes que han nacido en el estado de bienestar, que acceden sin problemas a la educación superior, que no han tenido que compartir libros, como antes. Ni que heredar la ropa del hermano mayor. El cambio cualitativo de una a otra generación ha sido muy grande.

¿Si hubiera que definir a los jóvenes que ahora tienen entre 15 y 24 años, cómo lo haría?

Son jóvenes relativamente pesimistas, muy familiares y muy vinculados a las nuevas tecnologías. Están menos comprometidos con el medio ambiente. El perfil del joven concienciado y comprometido con el desarrollo sostenible está claramente desfigurado, sobre todo si tenemos en cuenta sus comportamientos. Sólo el 55% defiende la necesidad de separar los residuos y usar los contenedores apropiados para reciclar.

¿Que los jóvenes estén vinculados a las nuevas tecnologías hasta cierto punto es normal?

El 98% de los jóvenes tiene teléfono móvil. El uso del ordenador se ha multiplicado por dos. El 70% tiene una cuenta en tuenti, facebook o cualquier otra red social. Y ahí es donde encontramos un apartado interesante del estudio: hemos comprobado que ha descendido un 11% el número de jóvenes que hacen botellón. Los jóvenes siempre defendían esta práctica por la necesidad de encontrar sitios de sociabilidad, para hablar con los iguales, mientras que las copas le costaban más baratas que en los bares. Ahora, en crisis, desciende el número de jóvenes que hacen botellón y aumenta quienes usan las redes sociales para hacer amigos, por lo que encontramos relación.

¿Qué no perdonan los jóvenes del siglo XXI?

La infidelidad. Es llamativo que justifican antes el aborto, aunque no les gusta, o el sexo con menores, antes que la infidelidad. No lo perdonan para nada. ¿Por qué? La principal causa de divorcio es la infidelidad y es lógico que se dejen llevar. Son libres para relacionarse, pero no están dispuestos a ser engañados o a que se traicione el pacto conyugal.

¿Puede estar relacionado con que son hijos de padres divorciados?

Son hijos socializados en el divorcio. Las anteriores generaciones vivían la separación como un auténtico trauma. Al preguntar a los jóvenes, resulta interesante saber cómo sólo uno de cada tres considera que el matrimonio es para toda la vida. Y puede tener su lógica. La vida te reserva muchas situaciones, avatares imprevistos, giros que puede que te hagan conocer a otras personas... La esperanza de vida es mucho mayor que hace unos años. Los jóvenes piensan que son incapaces de aguantar con la misma persona durante 70 años.
¿Creen en el matrimonio como institución?

El 55% quiere casarse, ya sea por la Iglesia o por lo civil. Pero eso sí, antes de casarse, comprometerse o firmarlo formalmente, quien cohabitar con su pareja. Vivir juntos para ver cómo funciona. Pero los jóvenes no se plantean la emancipación hasta los 27 años —un año después de lo que respondían en el anterior informe de hace cinco años—, aunque no se casan hasta que no cumplen entre 31 y 34 años. El hogar familiar se ha convertido en un lugar muy cómodo para los jóvenes, por eso retrasan su salida. Y cuando se van, quieren irse a vivir con su pareja, ni solos ni con sus amigos, como ocurre en los países del norte de Europa.

¿A quiénes recurren los jóvenes cuando tienen un problema? ¿A quiénes piden ayuda?

A los padres, fundamentalmente, porque los hermanos empiezan a desaparecer. Ya no se recurre a ellos, porque cada vez hay menos, mientras que predominan las familias con hijos únicos. A lo sumo son dos, pero el concepto «hermanos», casi desaparece. A esta situación no se le da importancia a corto plazo, cuando España es un país que basa su bienestar en una red familiar fuerte. Es curioso cómo desde los gobiernos se pone el énfasis en atrasar la edad de jubilación, pero no en traer más niños al mundo. Y la realidad es que no tenemos jóvenes que puedan pagar las pensiones el día de mañana.

Desde el punto de vista espiritual, ¿en qué creen los jóvenes, si es que creen en algo?

La religión ocupa uno de los últimos lugares en las cosas que más importan a los jóvenes. El 53% se considera católico pero sólo el 7% dice que va a misa. Suelen criticar la riqueza de la Iglesia, o su postura en torno a los temas sexuales, que consideran anticuada... hasta que intervenga en asuntos políticos. Pero sólo un 10% valora su experiencia con la Iglesia de forma negativa. Un 22% cree que la religión es importante en la vida... pero insisto en que, pese a ello, la visión es positiva. No tiene una mala idea de la religión. El elemento clave es que se está apostando por una religión a la carta. El 69% cree que la religión se puede vivir individualmente. Y es hasta esperable que los jóvenes piensen eso cuando viven en una sociedad en la que apenas hay elementos comunitarios: ni patria, ni nación... tampoco religión. Los jóvenes dicen: Creo en algo, pero creo a mi manera y cogen lo que les interesa. No hacen más que reafirmar su individualismo.

* Fundación Diocesana de Enseñanza Sta. María de la Victoria -Málaga-

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